viernes, 30 de octubre de 2015

XII

[...]

Que la noche sea larga y lenta
y así verme en tu mirada atenta;
sentir alegres mis manos aventureras
conquistando los parajes de tu seda.
Sumergirme profundo en tu noche,
batallar tus peligros, beber del dulce néctar,
sonreír tu sonrisa, roja de pasión, coqueta.
Verme débil ante tu fuerza,
ladrona de deseos, musa, señora y plebeya,
ángel exterminador de mis miedos y vergüenzas.
Dominarte, dormida y despierta,
en los juegos sencillos de cada día,
en los afectos y las palabras secretas.

[...]